domingo, 26 de mayo de 2013

No todo tenían que ser desencuentros. Ayer mismo recibí un mensaje de uno de los bloggers que puso su granito de arena en el noble arte de atizar al monigote. El mensaje llegó tras haberle requerido horas antes para que eliminase toda referencia a mí y a ese libelo en el plazo de dos días. Esto fue lo que escribió en su réplica:

Hola Daniel. 
No tenia ni idea de que habíamos publicado un artículo así. Es de 2006, casi ha pasado una década. Era joven y cometí claramente una estupidez a citar a esa web. Te pido disculpas.
Sinceramente, ojalá lo hubieses solicitado antes, pues lo habría borrado al instante. Lo he hecho tan pronto como he tenido conocimiento de la queja. 
Un saludo.

Ojalá -pensé- la buena educación no precisara de amenazas legales para mostrarse. Pero encontré que estas palabras de descargo eran más que suficientes.

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