domingo, 1 de septiembre de 2013

Que sea un Juez


Lo escribe aquí Carlos Sánchez Almeida, abogado, amigo y conmilitón de Ricardo Galli y Benjamí Villoslada:

En el caso de Meneame no me extrañaría que algún caso llegue a juicio porque Ricardo Galli es una persona muy combativa y ha dicho varias veces que, salvo que sea algo evidente como un enlace de pornografía infantil, no va a censurar a sus usuarios, quiere que sea un juez quien diga si eso es legal o no.

Por tanto, salvo que ustedes empleen Menéame para divulgar fotografías de criaturas sodomizadas, gozarán de carta blanca por parte de sus fundadores para difamar, calumniar y acosar a quien gusten con una audiencia potencial de 250.000 visitas diarias. Por ejemplo, para identificar a alguien con nombre, apellidos y fotografía a fin de llamarle enfermo mental.

Lo confiesa sin tapujos el encargado de defenderles cuando la cosa se ponga fea: ellos, como gestores de su página, renuncian a ser árbitros de los contenidos que ésta enlaza, aunque tengan conocimiento efectivo de los mismos y no se les escape su carácter de delito flagrante, exceptuadas aberraciones como la perversión de menores. En cambio, los usuarios serán rápidamente censurados si escriben algo contra el copyleft ("el menéame no es lugar para esto") o cuestionan las bondades de la administración del sitio.



Por si se albergara todavía alguna duda sobre la indecente filosofía de Menéame, queda ratificada en estas palabras de Galli y su socio bravucón:
Cuando se hizo la apelación de la Frikipedia, que el Tribunal de Apelaciones de la Comunidad de Madrid volvió a dar la razón a la SGAE, empezó en Menéame una campaña de "Free Krusher". Los propios usuarios se quejaban de que otros enviasen esto, porque pondría en problemas legales al Menéame. Benjamí les contestó: "No os preocupéis y escribid lo que queráis. Tenemos dinero guardado para abogados y si nos denuncian descorcharemos un cava".
Los mismos que se revuelven y claman al cielo cuando son denunciados, que hablan por ello con lengua calumniadora de "acoso" y "amenazas", piden a gritos la judicialización de la red. Ellos, los libertarios, descorcharán un cava si un ciudadano se siente lo suficientemente vejado y perjudicado por su página como para acudir a la vía judicial, con el dispendio de tiempo y recursos que ello le supone.

A mi salud, bellacos.



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